Durante los últimos años el tener buenos hábitos alimenticios se ha convertido en una necesidad de muchas personas alrededor del mundo, ya que una dieta sana contribuye en prevenir y tratar algunas enfermedades y en llevar un estilo de vida más saludable.

Entre los hábitos por los cuales han optado las personas, se encuentra incluir en la alimentación el consumo de aceite de oliva, insumo que además se ha convertido en el aliado perfecto en las diferentes preparaciones.

“El aceite de oliva brinda los nutrientes esenciales que las personas necesitan y a través de estrictos procesos de transformación de las aceitunas se logran bajos niveles de acidez, sabores frutados y especiales, que convierten el producto final en el complemento perfecto para cualquier preparación”, señala Eduardo Sánchez de la Torre, director de Deoleo para Sudamérica y Caribe.

Beneficios al consumir Aceite de Oliva

De acuerdo con expertos en nutrición de Carbonell, a diferencia del aceite de oliva, las mantequillas, margarinas y otros aceites vegetales están compuestos por grasas saturadas, las cuales aumentan los niveles de colesterol en la sangre y, por lo tanto, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El envejecimiento de las personas causa que los niveles de densidad de la piel disminuyan. Con el paso de los años la piel pierde elasticidad y los tejidos pierden la capacidad de luchar contra su deterioro y de llevar a cabo su reparación. Otros factores, como los rayos del sol, aceleran el envejecimiento por generación de radicales libres.  Los efectos del envejecimiento se pueden reducir por medio de mecanismos que neutralicen la acción de los radicales libres. Un neutralizador natural es el aceite de oliva.

El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Cuando éste no funciona correctamente no puede distinguir a las células propias de las ajenas, en estos casos en vez de luchar contra agentes externos, las células del sistema inmunológico o los anticuerpos que produce pueden actuar contra sus propias células y tejidos por error. El consumo del aceite de oliva refuerza el sistema inmunológico contra los ataques externos de los microorganismos, bacterias o virus.

Por otra parte, las enfermedades cardiovasculares suponen la primera causa de mortalidad en los países desarrollados y su incidencia aumenta progresivamente en los países en vía de desarrollo. Un gran número de enfermedades cardiovasculares se derivan de la aparición de aterosclerosis. Esta enfermedad consiste en la acumulación de ateroma, o placas lipídicas, en las paredes de los vasos sanguíneos, lo que dificulta la circulación de la sangre. Estas placas lipídicas provienen del llamado “colesterol malo” o LDL (lipoproteínas de baja densidad), que transporta las moléculas de colesterol desde el hígado hasta los tejidos periféricos a través de la sangre. Incluir en la alimentación aceite de oliva aporta una protección a través de antioxidantes naturales que ayudan en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

La diabetes constituye la sexta causa de muerte en el mundo. Es una de las enfermedades metabólicas más importantes, es potencialmente muy grave y origina múltiples complicaciones que afectan a la salud como enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal y ceguera. Se ha demostrado que la ingesta de aceite de oliva en la alimentación de personas sanas, desciende los niveles de glucosa en un 12 %. Por todo lo anterior, la dieta rica en aceite de oliva no sólo constituye una buena alternativa en el tratamiento de la diabetes, sino que, además, puede prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad, evitando la resistencia a la insulina y sus posibles consecuencias perjudiciales.

Tips para escoger un buen Aceite de Oliva.

Aunque en el mercado existen varias marcas de aceite de oliva, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones al momento de elegir:

  • El producto debe ser extra virgen por estar compuesto de grasas insaturadas, principalmente ácidos oleicos, con el fin de mantener el colesterol en niveles normales en el organismo.
  • Un buen aceite de oliva debe contar con vitaminas A, D, K y E, esta última es el elemento principal de protección contra los radicales libres.