Bruma es pálida, más alta que el promedio y aficionada a cosas que la mayoría de las personas podría considerar raras: los cementerios, los misterios y la fotografía en blanco y negro. Es hija de padres separados y no es muy cercana a su mamá. Sin embargo debe pasar con ella las vacaciones, castigada por abrir, a escondidas, una cuenta en una red social.
A pesar de oponerse en un principio, ese tiempo se convertirá en un viaje de autodescubrimiento, de aceptación del mundo que la rodea, más allá de una pantalla, en el que enfrentará no solo nuevas aventuras sino viejos peligros que creía haber dejado atrás.