Existe, pero no se habla de ella. Aunque es más común de lo que se cree y muchas personas la padecen, más del 50% no consultan a un médico por vergüenza. La incontinencia es una afección que tanto hombres como mujeres se acostumbran a soportar en silencio. Esta condición se caracteriza por perder el control de la vejiga y tener escapes de orina de manera involuntaria.
Se calcula que la enfermedad afecta alrededor de 200 millones de personas en el mundo sin distinción de sexo o edad . El impacto en las mujeres es significativo: se estima que 1 de cada 3 sufre pérdidas de orina a partir de los 50 años. En el caso de los hombres, 1 de cada 4 a partir de los 40 años se ven afectados , y se calcula que alrededor de 43 millones de hombres tienen esta condición en el mundo.
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Una de las razones que aumentan la prevalencia de esta enfermedad es que los pacientes evitan consultar al médico al no querer mencionar algo que afecta al ámbito íntimo . Como muestra de lo anterior, las personas que viven con esta condición no piden asistencia médica hasta que empieza a afectar sus actividades, y de hecho se estima que las mujeres esperan 6,5 años y los hombres 4,2 años para acudir a un profesional .
La persistencia de este tabú provoca que empeore una situación que tiene solución, sobre todo cuando se trata a tiempo. El 14 de marzo se celebra el Día Mundial de la Incontinencia Urinaria y Retoma el Control es una iniciativa que abre un espacio para pacientes y sus familiares que busca visibilizar esta condición, educando a través de acceso a información y apoyar estas personas a buscar ayuda de manera oportuna para acceder a tratamientos y vivir una mejor calidad de vida. Pueden acceder a www.retomaelcontrol.com
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Hablemos de las causas
La incontinencia urinaria se produce cuando los músculos que sostienen la uretra (músculos del piso pélvico) y los que controlan la liberación de la orina (esfínter urinario) se debilitan. Este debilitamiento hace que algunos movimientos diarios, como estornudar, inclinarse, levantarse o reírse mucho, ejerzan presión sobre la vejiga y provoquen la pérdida de orina . Estos son algunos de los tipos de incontinencia:
La incontinencia de esfuerzo: Sucede cuando se escapa orina al momento de ejercer presión sobre la vejiga, ya sea al toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado .
Incontinencia urinaria por urgencia: Hace referencia al momento en el que la persona tiene una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina. Es posible que tenga que orinar con frecuencia, incluso durante la noche. La incontinencia urinaria por urgencia puede deberse a una afección menor, como una infección, o a un trastorno más grave, como un trastorno neurológico o diabetes .
Incontinencia por rebosamiento: Sucede cuando se experimenta goteo de orina frecuente o constante debido a que la vejiga no se vacía por completo.
La condición puede ser causada por determinados hábitos diarios, enfermedades subyacentes o problemas físicos. Una evaluación exhaustiva a cargo del médico puede ayudar a determinar lo que la produce.
Consecuencias: Baja actividad sexual, pérdida de autoestima e impacto negativo en el día a día
La cotidianidad de las personas que viven con incontinencia se ve envuelta en situaciones incómodas debido al no tratamiento de la enfermedad . De acuerdo con el Estudio de Prevalencia del Observatorio Nacional de la Incontinencia, el 35% de hombres no conoce la existencia de absorbentes masculinos y solo un 7% los usa y en su lugar recurren a compresas femeninas, papel higiénico o doble calzoncillo (. Adicionalmente, el 45% admite que esta afección interfiere en su vida sexual, al 20% le afecta en su trabajo, y el 90% se siente más inseguro debido a este problema e incluso dice sentirse deprimido. Del mismo modo, se estima que aproximadamente un 30% de las mujeres que padecen este problema se privan de tener relaciones sexuales por vergüenza e inseguridad, y el 40% dejan de hacer actividades de ocio o deportivas .
Una solución nueva para un problema viejo
Para tratar esta condición que aqueja a millones de personas al año, la ciencia ha desarrollado dispositivos de última tecnología que disminuyen el impacto y tienen resultados eficientes para la calidad de vida del paciente.
Entre ellos se encuentra la neuromodulación, la cual posibilita que millones de personas reanuden sus actividades cotidianas y tengan mejores condiciones de vida. Este procedimiento restaura la función normal de la vejiga estimulando suavemente los nervios sacros a través de un electrodo que se inserta debajo de la piel. Se trata de una intervención mínimamente invasiva, de muy bajo riesgo y completamente reversible — más de 325.000 personas por casi 20 años han recibido este tratamiento.
Los médicos suelen recomendar la neuromodulación cuando los pacientes tienen incontinencia urinaria muy severa y no responden a los tratamientos conservadores como fisioterapia de suelo pélvico o fármacos.
FUENTE: COMUNICACIONES MEDICTRONIC