Un whisky single malt es una auténtica obra maestra del universo de la destilación, apreciado por conocedores y amantes del buen gusto en cada rincón. Estos espirituosos, representan la excelencia y la artesanía en la industria del whisky. Con una historia rica, este producto escocés ofrece una experiencia única y distinguida que refleja la dedicación incansable de los maestros destiladores.

La gran reputación con la que cuenta el whisky escoces, en muchas ocasiones es el motivo para no querer alterar su sabor con notas de algún maridaje. Lo cierto es que más allá de modificarlo, si elegimos los pairings ideales, podemos encontrar otro tipo de notas, esto enriquece la experiencia al beber un whisky añejado en barricas de roble sazonado con jerez por lo menos tres años”, explica Ramón Cardona, The Macallan Brand Ambassador en Colombia.  

El arte del maridaje es una forma fascinante de descubrir nuevas dimensiones de sabor y potenciar la experiencia de degustación de un whisky escocés. Es por ello que nos reunimos con un experto en destilados de lujo para que nos comparta algunos tips a fin de elegir los pairings ideales para disfrutar de una cena que eleve nuestros sentidos:

Salmón:

El salmón es un alimento versátil que se puede disfrutar de varias formas: crudo, ahumado, a la parrilla o al horno. El maridaje ideal para el salmón con un whisky single malt se basa en encontrar un equilibrio de sabores entre el pescado y las características únicas del whisky. Para resaltar los sabores naturales del salmón, es recomendable elegir un whisky con matices suaves y afrutados. Los perfiles de whisky que presentan notas cítricas, como naranja o limón, combinan a la perfección con el salmón, aportando un toque refrescante y resaltando la frescura del pescado.

Queso azul:

El queso azul, con su distintivo sabor intenso y cremosidad, presenta un desafío emocionante para el maridaje con un whisky escosés. Para equilibrar la potencia y la salinidad del queso, es importante seleccionar un whisky que tenga suficiente carácter y complejidad para complementar estas cualidades. Un  single malt con notas robustas y a veces especiadas es ideal para maridar con este tipo de quesos, ya que suelen ofrecer una paleta de sabores rica y profunda. Los perfiles de whisky que presentan matices frutales, especias cálidas o notas sutiles de cacao pueden aportar una dimensión adicional al maridaje, intensificando los sabores.

Carnes:

El maridaje entre whisky y carne es una experiencia culinaria inigualable que permite explorar una amplia gama de sabores y texturas, llevando el placer de la degustación a un nuevo nivel. Los perfiles de whisky que presentan notas especiadas, toques de roble y matices de frutos secos pueden complementar perfectamente los sabores ahumados de la carne. En cambio, carnes más suaves y delicadas, como el lomo de cerdo, maridan mejor con un whisky más suave y ligero, con notas frutales o toques sutiles de vainilla. Para carnes rojas jugosas y con un sabor intenso, como el ribeye o el filete, se recomienda un escocés que tenga cuerpo y carácter, ya que a medida que la grasa y el sabor se intensifican, brillan las notas de la malta.

Chocolate:

El chocolate y el whisky escocés pueden ser una combinación sorprendente y deliciosa. Para maridar con chocolates oscuros y con alto contenido de cacao, se sugiere elegir un whisky single malt con notas intensas de frutos secos, toques de roble o matices especiados, ya que estas cualidades pueden resaltar la profundidad del sabor del chocolate. Los chocolates más suaves y cremosos se combinan maravillosamente con un “scotch” de matices frutales, como notas de naranja o ciruela, o toques suaves de vainilla. El contraste entre la dulzura del chocolate y las complejas notas del whisky crea una experiencia de degustación fascinante, donde los sabores se entrelazan y se potencian mutuamente, dejando un sabor sublime en el paladar.

Postres:

El crème brûlée o la tarta de manzana con canela se complementan maravillosamente con un single malt que presente notas de caramelo, vainilla o especias, aportando un equilibrio armonioso entre los sabores dulces y las notas aromáticas del whisky. Por otro lado, postres con chocolate y frutos secos, como el brownie o el pastel de nueces, maridan mejor con un whisky que ofrecen matices de frutos secos y cacao, creando una experiencia gustativa indulgente y satisfactoria. El maridaje de un whisky escocés con postres es una forma exquisita de concluir una comida, donde los sabores se entrelazan y se potencian mutuamente, llevando el deleite culinario a un nivel superior.

Recuerde que cada paladar es único, y la belleza del maridaje radica en la exploración y la experimentación. ¡Así que diviértase probando diferentes combinaciones y descubra sus propios maridajes perfectos con whisky escocés!