La enfermedad renal es una condición que afecta no solo el funcionamiento de los órganos del paciente, sino que genera repercusiones en su salud emocional, social, de sistema nervioso, balance hormonal, reproductivo, así como en su estilo de vida. El trasplante de riñón, es uno de los procedimientos quirúrgicos que más se realizan en la población mundial, en Colombia se llevaron a cabo más de 660 trasplantes de órganos de donante vivo o cadavérico durante el 2021.
La cotidianidad de un paciente con falla renal avanzada se acompaña de una dieta estricta, para la suplementación de vitaminas y minerales, así como de la asistencia a terapia de diálisis varias veces a la semana. En la actualidad, gracias a la evolución en el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, los pacientes no deben llegar a una fase crítica de la enfermedad o requerir de diálisis para recibir un trasplante de riñón preventivo.
Este trasplante, a diferencia del que se realiza cuando el paciente ya requiere de terapia de diálisis para la filtración de toxinas en su cuerpo, representa menores riesgos de rechazo del órgano, al igual que preserva la funcionalidad del nuevo riñón por un periodo prolongado. La doctora Carolina Guarín Villabón, jefe de Cuidado Crítico y Trasplante Renal de la Clínica del Country y Clínica La Colina, y el doctor Rodolfo Torres Nefrólogo especialista en trasplante renal, explican que “el trasplante que se realiza en enfermedad renal avanzada, antes del inicio de la la terapia de reemplazo renal, genera mejores tasas de sobrevida del paciente y previene repercusiones a nivel cardiovascular y funcional”.
Las innovaciones en trasplante renal
Gracias al desarrollo de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, como la nefrectomía laparoscópica en donante vivo, el paciente tiene un menor tiempo de recuperación, así como una disminución en el riesgo de desarrollar infecciones postquirúrgicas. De igual forma, los avances en el campo de la inmunología —que analiza la respuesta del sistema inmune y la defensa del organismo ante enfermedades— han permitido que a través de exámenes de compatibilidad genética y tratamientos con fármacos inmunosupresores, se puedan prevenir episodios de rechazo al nuevo órgano.
El seguimiento con un equipo multidisciplinario de especialistas es fundamental en la recuperación del paciente, desde el campo nutricional hasta el acompañamiento psicológico, así como la posibilidad de contar con equipos para la asistencia de larga duración. La Terapia ECMO, por ejemplo, permite que los pacientes con enfermedades cardiacas y pulmonares en estado crítico agudas o crónicas, puedan recuperarse de la enfermedad o esperar un trasplante, mientras reciben oxigenación a través de un pulmón o corazón artificial.
Asimismo, “la Clínica del Country y los grupos de trasplantes a nivel nacional, avanzan con el Instituto Nacional de Salud, en la revisión científica y médica de los criterios para aceptar órganos de donantes recuperados por infección Covid-19, pero que han fallecido por otras causas diferente a esta infección”, añade la Dra. Guarín.
Calidad de vida y embarazo luego de un trasplante de riñón
La función de los riñones consiste en filtrar desechos y excesos de líquidos de la sangre, a través de la orina. Cuando su función se deteriora, la persona puede experimentar síntomas como dolor, agotamiento, disminución en el volumen de orina, o no presentar señales de alarma. Por tal razón, es importante el chequeo con un médico especialista que determine si hay presencia de falla renal causada por enfermedades como la diabetes tipo 1 o 2, la hipertensión arterial, enfermedades autoinmunes sistémicas o primarias del riñón o la presencia de cálculos que obstaculicen las vías urinarias, entre otras.
Si bien las terapias de diálisis eliminan los desechos en sangre, que pueden poner en riesgo la vida del paciente, requieren de la asistencia constante a centros especializados y del seguimiento de un régimen de cuidados estricto. Ante este panorama, el trasplante renal devuelve la calidad de vida al paciente al controlar los síntomas de las enfermedades de base, “el paciente deja de ser hipertenso, de depender de una dieta de diálisis restrictiva a una más equilibrada y con mayor flexibilidad, así como el control de enfermedades cardiovasculares”, explica el Dr. Torres.
Finalmente, estos avances sumados a una mayor comprensión sobre la compatibilidad donante-receptor y cómo prevenir el rechazo del órgano a través de fármacos, ha permitido que pacientes tanto hombres como mujeres recuperen su capacidad funcional, laboral, su reintegro a la sociedad y su capacidad reproductiva. Por consiguiente, una paciente puede llevar a término un embarazo si cuenta con más de 4 años de haber recibido el trasplante y no ha tenido episodios de rechazo, así como tener una función renal normal sin complicaciones con enfermedades relacionadas.
FUENTE COMUNICACIONES CLINICA DEL COUNTRY