En medio del pesimismo y la preocupación que vive actualmente el país, el escritor y youtuber Juan Diego Gómez Gómez  presenta su nuevo libro “Manual para irreverentes”, con el cual desafía muchos paradigmas y hábitos que debilitan al ser humano.  Un libro que promete ser una revolución en el estilo de vida de las personas, un himno a la independencia y a la libertad, una absoluta emancipación.

Para Juan Diego la irreverencia no debe ser vandalismo, ni grosería, sino desafiarse a uno mismo, logrando resolver sus dificultades sin esperar que otro lo haga. Este libro está destinado a todos aquellos que saben que están para mucho más de lo que han hecho, para los que agradecen pero no se conforman, para quienes se cansaron de vivir la vida que otros quieren que vivan, para los que se reconocen como únicos y que van por todo lo que merecen.

“Tú que lees este libro y que tienes un gen de irreverente, estás destinado a romper la historia, a triturarla y a producir una nueva. Tú que lees este libro sabes que eres el destino mismo, y que, si la naturaleza se atraviesa en tu camino, la someterás y vencerás, parafraseando a Simón Bolívar. Y lo que sea menester, que sea»

AUTOR: JUAN DIEGO GÓMEZ

Juan Diego Gómez es hoy en día el mayor influenciador en educación financiera y motivación en América Latina. Sus videos en redes sociales como YouTube e Instagram llegan a millones de personas en todo el continente con un mensaje de optimismo, progreso y orientación al logro de metas económicas. Con gran despliegue pedagógico, motivacional, casos de estudio y ejemplos, los libros de Juan Diego Gómez promueven una mentalidad de desarrollo y emprendimiento para todos los latinoamericanos. Luego de sus cuatro best sellers, Hábitos de ricos (2016), Menos miedos, más riquezas (2017), Ideas millonarias (2018) y El día que Dios entró al banco (2020), llega Manual para irreverentes.

Algunas frases y contenido de “Manual para irreverentes”

En el capítulo uno, “Irreverencia y genio”, el autor te invita a confrontar creencias que, quizá, ya no debas conservar, pues podrían hacer más lento tu progreso. Allí propone nuevos puntos de vista para avanzar rápido. En el capítulo dos, el más corto, “Magia y locura”, te brinda pinceladas para abrazar la heterodoxia y la genialidad, una vida poco convencional.

En el capítulo tres, “Las actividades de un irreverente”, habla de manera concreta de las distintas rutinas que sugiere llevar a cabo para vivir una vida única, puestas al fuego, no sin antes cuestionar la calidad de vida que tenemos y que, increíblemente, muchos llaman así, vida. No lo es. Es supervivencia en estado puro. Solo eso.

En el capítulo cuatro, “Riqueza material y abundancia”, cuestiona la mentalidad asceta de muchos y su divorcio con la riqueza. Nos gusta el dinero. ¿Y qué? No hay nada malo en ello. Como también te gusta, le damos una mirada a cómo conseguirlo con una manera de pensar y actitud única, genial e indómita. El libro indicado para ti, un ser único que merece todo lo que sueña.

El capítulo quinto, “Irreverentes históricos y lecciones de vida”, se ocupa de referentes históricos en temas de irreverencia y como tal distinción les ayudó a vivir una vida fascinante. Personas de distinto sexo, condición social y nivel de estudio. Seres humanos que sortearon dificultades y que entendieron que nunca era tarde para vivir un pasado feliz. Que lo que les correspondió vivir solo era lo necesario para ser quienes llegaron a ser. Un capítulo fascinante.

Por último, el capítulo seis, habla de “Oratoria y prosa”, la magia de la palabra, secretos, cómo mejorarla y qué funciona. Un tema que el autor ha trabajado bastante y que te puede resultar útil para expresarte mejor, vender mejor y llegarle más a la gente. Un libro que revolucionará tu estilo de vida. ¿Qué es la irreverencia? Irreverencia no es irrespeto. Irreverencia es decidir qué hago con mi vida, piensen los demás lo que hayan de pensar. La irreverencia necesita agallas y una gran voracidad por cumplir un objetivo: trascender, ser tú mismo, en épocas en las que dejar un legado valioso no es poca cosa. La irreverencia tampoco es grosería o burla. La irreverencia requiere inteligencia, sensibilidad y un fino sentido del humor. El irreverente no es una persona ordinaria o vulgar. Equivocados están los que piensan que la irreverencia es inventar chismes, mentir o minar la honra de las personas con calumnias. Eso no es irreverencia. «La irreverencia es el sutil arte de emanciparse con elegancia y lucidez. La emancipación se produce ante lo que asfixia tu individualidad, ante lo que perjudique tus sueños, ante lo que altere tu espacio». «Un irreverente siempre tiene tiempo para lo que le importa y menos tiempo para lo que les importa a los demás. El dinero va y viene; hoy puedes tenerlo, mañana perderlo y pasado mañana recuperarlo, incluso con creces. No ocurre lo mismo con el tiempo, no va ni viene, solo pasa. Depende de ti qué tan bien lo utilices. El irreverente es celoso con la forma de utilizar cada segundo de su existencia. Sabe que la pobreza es una suma de horas mal utilizadas y nadie tiene derecho a apropiarse de su tiempo, esto es, de su riqueza, de sus sueños, de su vida misma. Es curioso que nos preocupe tanto que nos roben pertenencias físicas, llámese un reloj, el auto, o que asalten nuestra casa; sin embargo, poco nos damos cuenta de que existen ladrones de tiempo, con los cuales podemos, incluso, estar conviviendo. Vigila muy bien quién le da valor agregado a tu tiempo y quién no, así como con quién pasas las horas, si con seres merecedores de compartir activo tan valioso como ese, o, por el contrario, con dilapidadores de tiempo o vacas blancas, quienes engullen tus mejores días sin sonrojo alguno y sin que lo percibas».

[Página 53] «La irreverencia no tiene precio, hace parte de las almas libres que han existido, existen y existirán por el bien de la humanidad. La irreverencia es sinónimo de grandeza y la antítesis del miedo. El reverente vive con pánico a perder algo que le ha sido prestado, un cargo o empleo. Da pasos cortos, siempre caminando vacilante, no vaya a ser que una mayor firmeza fije un precedente, marque un destino y deje una huella. Transita a hurtadillas, para que no lo noten, para que no se indisponga, para que no moleste a nadie que acabe con lo que tanto anhela, lo seguro. Hay una mayor tragedia que lo que recién lees: vivirlo por muchos años». «El irreverente no acepta sentencias ni dogmas que pongan en riesgo su recursividad para ser más y lograr más. Una persona extraordinaria e irreverente, que quiera marcar diferencia y constituirse en una leyenda en el tema de su interés, debe tener el valor y la autoconfianza suficiente para no encajar y liberarse del yugo que impone una sociedad timorata, desprovista de grandes gestas y presa del miedo al qué dirán, encadenada a lo convencional y a lo que siempre se ha hecho.