Después de ponerse la vacuna contra la COVID-19, todavía es importante tomar precauciones de seguridad, como evitar el contacto estrecho con los demás, para prevenir la propagación del virus que causa la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19). Antes de que los expertos piensen en modificar las recomendaciones de seguridad actuales, es preciso investigar más para entender la inmunidad que una vacuna contra la COVID-19 brinda y cuánto dura esa protección.

Después de recibir ambas dosis de una vacuna de ARN mensajero contra la COVID-19 (que fueron las primeras vacunas autorizadas para administración en Estados Unidos), el cuerpo necesita aproximadamente dos semanas para desarrollar completa inmunidad. Con la vacuna de Janssen y Johnson & Johnson contra la COVID-19, hay que esperar hasta cuatro semanas para desarrollar completa inmunidad.

No obstante, incluso después de vacunarse, aún se puede contraer la infección que causa la COVID-19, porque no hay que olvidar que la vacuna de Pfizer-BioNTech contra la COVID-19 tiene una eficacia del 95 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas. La vacuna de Moderna contra la COVID-19 tiene una eficacia del 94,1 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas. La vacuna de Janssen y Johnson & Johnson contra la COVID-19 tiene una eficacia del 66 por ciento para prevenir una enfermedad del coronavirus con síntomas. Por ello, aunque el riesgo de contraer el virus de la COVID-19 sea bajo después de vacunarse, todavía puede ocurrir.  

De igual manera, tampoco queda claro si las vacunas contra la COVID-19 reducen la propagación del coronavirus y, por lo tanto, no se sabe si una persona vacunada puede ser portadora del virus de la COVID-19 y contagiar a los demás, aunque él mismo o ella misma no enfermen. Es necesario investigar más para determinar si una persona puede seguir contagiando después de recibir la vacuna.

Debido a estos factores, las personas ya vacunadas todavía pueden poner en riesgo la salud de otros familiares y amigos no vacunados si los visitan en persona. Las personas mayores son las que más riesgo tienen de enfermar gravemente a causa de la COVID-19. Asimismo, los residentes de asilos para ancianos y convalecientes corren alto riesgo, porque conjuntamente a la edad avanzada, también suelen tener varios problemas de salud subyacentes.

Incluso después de la vacuna contra la COVID-19, hay que seguir con las precauciones de seguridad y considerar abstenerse de visitar en persona a amigos y familiares hasta que se sepa más acerca de la inmunidad que brindan las vacunas. En caso de querer hacer una visita en persona, hay que recordar mantenerse a distancia de los demás (unos 6 pies o 2 metros), usar mascarilla, hacer que dentro de lo posible la visita sea al aire libre o abrir ventanas y puertas para que el espacio esté bien ventilado, además de lavarse las manos con frecuencia.

FUENTE : Vocero: Dr. Daniel DeSimone, Enfermedades Infecciosas, Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.