“No se debe consumir la piel de las frutas”. Esto es parcialmente falso. Hay estudios que demuestran la presencia de residuos de los pesticidas, que son tóxicos y potencialmente cancerígenos, en frutas como las manzanas, fresas, peras y nectarinas. Sin embargo, según la especialista en nutrición, “las ventajas probadas de consumir la piel de las frutas son bastantes como para no tenerlas en cuenta”. Entre ellas se incluyen cantidades importantes de fibra, que mejoran la salud intestinal y reducen los niveles de azúcar y colesterol en la sangre. Además, en la piel de muchas frutas se encuentran tantas vitaminas y minerales como en la misma pulpa. El riesgo mencionado anteriormente, puede disminuir lavando las frutas o buscando productos orgánicos.
Los diabéticos solo pueden comer frutas con poca azúcar. Falso. Aunque existen frutas con más carga glicémica que otras, ninguna es restringida cuando las porciones son adecuadas; tres o cuatro piezas de fruta fresca al día sería lo recomendado. Cuando la fuente de fructosa son las frutas enteras, al ser un tipo de azúcar menos densa y de absorción lenta, es particularmente beneficiosa para los diabéticos que tienen dificultades para nivelar el azúcar en la sangre.
Se debe evitar comer frutas antes de dormir. Falso. De acuerdo con la doctora Becerra, “una porción de fruta pequeña con un puñado de nueces o carne picada con frutos secos podría ser una gran cena. Lo importante es combinar la fruta con otros alimentos que contengan otros nutrientes como proteínas y grasas”. Cabe recalcar que comer cítricos de noche puede generar reflujo gastroesofágico en algunas personas.
Tragar las semillas de las frutas puede causar apendicitis. Falso, parcialmente. Según el doctor Calderón, “la apendicitis es causada por una infección viral o bacteriana en el apéndice, normalmente provocada por una obstrucción en el intestino”. Aunque en la mayoría de los casos los objetos que se atascan son fecalitos (piedras de heces), se han encontrado también residuos vegetales difíciles de digerir. Pese a esta afirmación, no se ha podido establecer una relación directa entre causa y efecto.
El agua con limón en ayunas tiene beneficios para la salud. Verdadero. Aunque no se ha demostrado que sirva para bajar de peso, quemar grasa o mejorar la piel, “beber un vaso de agua con el zumo de un limón es una práctica recomendada debido a que prepara al estómago para que funcione adecuadamente durante el resto del día”, explica la doctora Becerra. Además, es una buena alternativa a los jugos de fruta debido a las pocas calorías que contiene, a su contenido de vitamina C y su capacidad de hidratación. “Otro mito que existe alrededor del consumo de esta bebida es que alcaliniza el organismo, lo que mejoraría la salud de personas con demasiada acidez. No obstante, ningún alimento puede cambiar el PH de la sangre ni de ninguna otra parte del cuerpo”, explica la nutricionista.