La moda de los 60 marcó un antes y un después en la historia del vestir. Capitaneada por una auténtica revolución cultural y social, esta década traía consigo optimismo, rebeldía y ansias de libertad a una juventud que quería romper con lo establecido. La represión daba paso a la liberación femenina y sexual, las luchas contra la discriminación racial y las protestas contra las guerras, y la ropa de esta época era un reflejo de todo lo que estaba pasando.

El baby-boom, el movimiento hippie, las revueltas parisinas de mayo del 68, el triunfo del rock and roll y la invención de la minifalda: todo tuvo lugar en la llamada década prodigiosa.

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Del conservadurismo de los 50 a la explosión creativa de los 60

Los años 50 habían estado marcados por la postguerra, con la austeridad y la represión por bandera, pero la llegada de la nueva década se vio impulsada por toda una explosión musical tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, sirviendo de modelo a seguir para una juventud que quería cambiar las cosas y diseñar su propio estilo en el vestuario de los años 60.

Cansados de vestirse igual que sus padres e inspirados por sus ídolos musicales, la nueva generación reclamaba prendas menos encorsetadas, que respondieran a sus deseos de libertad y diversión. Por eso, el nuevo ideal estético para la ropa de esta época no consistía en marcar curvas para ellas, sino en mostrar una imagen aniñada como juego de seducción, que derivó en vestidos rectos, faldas acampanadas de marca muy cortas y tacones anchos.

Diseñadores de los 60

Los modistos se encontraron con un terreno abonado para la creatividad, sin represión ni censura. Balenciaga se mostró como precursor del estilo, jugando con las proporciones, los cortes y los colores para dar lugar a líneas sobrias, el corte trapecio y la silueta cuadrada, que imitarían luego nombres como Givenchy u Oleg Cassini. Mary Quant, en Inglaterra, se desmarcó al inventar la minifalda y escandalizar a la puritana sociedad inglesa.

Mientras tanto, en Francia, Courrèges reclamaba para sí la autoría de esta prenda y triunfaba entre las clases altas por sus diseños ultramodernos y dar simplicidad a la moda de los 60. Sus diseños geométricos, con estampados pop-art, y modelos basados en una estética espacial revolucionaron la industria. Su compatriota Yves Saint Laurent destacó por incorporar el tradicional esmoquin masculino al vestuario femenino y crear la primera línea de pret-à-porter.

En España, las cosas iban más despacio debido a la particular situación política, pero un joven diseñador de origen patrio quería romper con lo establecido y aportar su visión a la vestimenta de este tiempo: Paco Rabanne. Nacido en el país Vasco pero residente en Francia desde su infancia, Rabanne optó por usar materiales inusuales como el metal o el plástico, además de colores chillones en sus llamativos vestidos, lucidos por auténticos íconos de la época como Brigitte Bardot y Audrey Hepburn.

Mientras tanto, en Francia, Courrèges reclamaba para sí la autoría de esta prenda y triunfaba entre las clases altas por sus diseños ultramodernos y dar simplicidad a la moda de los 60. Sus diseños geométricos, con estampados pop-art, y modelos basados en una estética espacial revolucionaron la industria. Su compatriota Yves Saint Laurent destacó por incorporar el tradicional esmoquin masculino al vestuario femenino y crear la primera línea de pret-à-porter.

En España, las cosas iban más despacio debido a la particular situación política, pero un joven diseñador de origen patrio quería romper con lo establecido y aportar su visión a la vestimenta de este tiempo: Paco Rabanne. Nacido en el país Vasco pero residente en Francia desde su infancia, Rabanne optó por usar materiales inusuales como el metal o el plástico, además de colores chillones en sus llamativos vestidos, lucidos por auténticos íconos de la época como Brigitte Bardot y Audrey Hepburn.

El look sesentero

Los primeros años no trajeron grandes cambios estéticos y ellas seguían llevando los clásicos trajes de Chanel. A partir de 1964, todo cambió con la llegada de la minifalda y el pelo corto para las chicas. Dos tendencias marcaron la moda femenina del momento: por un lado, el estilo babydoll, que mezclaba inocencia y sensualidad con sus vestidos, cuellos de tortuga, medias de colores y zapatos oxford de marca, y por otro, la estética psicodélica y hippie, con diseños geométricos, botas altas de vinilo, estampados florales y melenas cardadas.

Para los hombres, el traje italiano típico de principios de la década de los sesenta se transformó estrechando los pantalones, las solapas y las corbatas. El estilo rebelde de la playera blanca, chamarra biker y jeans de hombre de marca convivía con el look inspirado en Los Beatles, de camisas y playeras tipo polo, pantalones ajustados y abrigos de lana por encima de la rodilla. La corriente hippie llegaría con pantalones de campana, camisas de llamativos estampados, pelo largo, barbas y bigotes.

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El estilo de los 60 en el siglo XXI

El nuevo milenio ha traído consigo una nostalgia inusitada por la moda de décadas pasadas, trayendo de vuelta los looks sesenteros. Vuelven los pantalones acampanados, las botas mosqueteras, los tacones cuadrados forrados y los botines femeninos, mientras que los trajes de tweed, las corbatas finas y los abrigos de hombre de marca al estilo militar se instalan en los outfits masculinos.

Firmas como Gucci, Chloé, Etro, Dior, Balenciaga o Balmain de hombre han recuperado el look sesentero y ofrecen modelos con inspiración retro, que se modernizan y adaptan a la moda actual. Sus colecciones son un buen punto de partida para encontrar inspiración y adoptar esta estética tan sugestiva.

La moda de los 60 fue el instrumento con el que toda una generación expresó sus ideales y su rebeldía. Representa como ninguna otra la alegría, diversión y optimismo propios de la juventud y, quizás por eso, nunca dejaremos de mirar hacia ella siempre que deseemos reinventarnos.