La edad escolar es un período crucial para los niños pues se produce el máximo desarrollo intelectual y un considerable desarrollo físico, por lo tanto, es clave que tengan una buena planificación alimentaria.  Los pequeños deben obtener todos los nutrientes necesarios que requieren para estudiar y realizar las actividades de su día a día; además, es una etapa en donde se fijan los hábitos alimentarios, que, si no se establecen correctamente, serán muy difíciles de cambiar a futuro.

Mediante la consolidación de rutinas alimentarias adecuadas y un estilo de vida equilibrado, se reducirán las posibilidades que los niños y niñas puedan sufrir de ciertas patologías en su edad adulta. Asimismo, con menús nutritivos se evitarán los trastornos nutricionales, la anemia, el sobrepeso o la obesidad que también aquejan a los pequeños.

En este sentido, Alimentos Polar Colombia presenta una guía de alimentación para menores en edad escolar, que recoge las principales recomendaciones y características diferenciales de esta etapa de la infancia, la cual se caracteriza por la maduración de habilidades cognitivas.

  1. Variedad en el plato: hacer que su dieta sea equilibrada y variada en cuanto a sabores, texturas, preparaciones e incluso colores, permitirá que se acostumbre a comer de todo. El olor, el color, el sabor, la forma y la textura van a influir y a determinar en parte sus gustos personales. Además, es muy importante que estén presentes todos los grupos de alimentos tales como los proteínas, granos, cereales, frutas y vegetales para cumplir con los requisitos nutricionales.

“Si los padres van a introducir un alimento nuevo, es aconsejable que lo intenten al principio de cada comida, cuando el niño tiene más apetito; y probar con distinta formas y preparaciones, hasta que el menor descubra el nuevo sabor. Nunca forzar al menor a comer para evitar la conducta del rechazo hacia el alimento”, recomienda Andreina Ceballos, nutricionista de Alimentos Polar Colombia.

  • Merienda, tan importante como el desayuno: los escolares tienen una tasa de crecimiento constante pero lenta, crecen entre 5 y 8 cm y aumentan entre 2,5 y 3,5 Kg. por año. Usualmente comen cuatro o cinco veces al día, incluyendo las meriendas, que aportan entre el 10% y 15% de las calorías diarias, las cuales pueden variar durante el día, pero no deben omitirse pues son indispensables para controlar la saciedad.

Básicamente, una buena merienda debe incluir leche o sus derivados, fruta y cereales. De hecho, una alternativa fácil, nutritiva y amigable con los más pequeños es la Avena Quaker en múltiples presentaciones, ya sea avena instantánea como Ricavena, o cereales a base de avena como aritos Quaker, o porque no, la avena tradicional con una preparación atractiva para los menores. Aquí algunas recetas creativas para disfrutar de la avena a la hora de merendar.

  • Control de las porciones: estimar las porciones para un niño en edad escolar es un acto variable pues depende de factores como el cambio de apetito del menor, la actividad física realizada, la etapa de crecimiento en la que se encuentra, entre otros factores.

No obstante, la nutricionista de Alimentos Polar, brinda un tip práctico: “una forma para calcular cuánto ofrecerle a un niño/a, sin exceder en las cantidades, es servir en el plato una cucharada de cada alimento por cada año que tenga. Igualmente, se recomienda usar platos y vasos adecuados para cada edad. Además, es permitido que el menor solicite mayor alimento si lo desea”. 

  • ¿Dulces y chucherías?: Aunque se debe controlar y/o restringir el consumo de alimentos procesados ricos en grasas saturadas, grasas trans, azúcares añadidos y sodio, es permitido que los menores puedan ingerir este tipo de alimentos una vez por semana o en ocasiones especiales como cumpleaños. De la misma manera, este tipo de alimentos no deben ser usados como recompensa, pues los menores en edad escolar deben desarrollar la capacidad de autocontrol y aprender a establecer hábitos de consumo.