. 1.941 trajo consigo un halo de inspiración que motivó decisiones tan trascendentales que cambiaron el curso de la historia. Sus días vieron delimitar las nuevas fronteras entre Alemania y la Unión Soviética, acompañaron el cambio de la nacionalidad alemana de la actriz Marlene Dietrich por la estadounidense, fueron testigos del primer vuelo del Avro Lancaster y registraron la abdicación al trono del Rey Alfonso XIII de España, quien cedió la corona a su hijo Alfonso de Borbón. Durante este año el encuentro entre los dictadores Franco y Mussolini sorprendió al mundo, al igual que la muerte de Guillermo II, el último emperador de Alemania.
Entre tanto la escritora Virginia Woolf apagaba sus ojos, Plácido Domingo y Bernardo Bertolucci recibían el regalo de la vida, Chile con oídos sordos a los problemas bélicos del otro lado del planeta, disfrutaba de la 16ª Copa América, mientras el acorazado Bismarck era hundido por buques británicos y la cadena americana WNBT emitía el primer anuncio televisivo de la historia. Y aunque Reinhard Heydrich, segundo al mando de la SS finalizaba la redacción del documento que detallaba la solución final al “problema judío” y Alemania continuaba avanzando hacia sus oscuros propósitos, la empresa Willys-Overland Motors desarrollaba en silencio el vehículo que traería una nueva luz de esperanza.
Así, 1941 fue también el año que dio vida a la más grande leyenda automotriz. Tras el estallido de la II Guerra Mundial, el Estado Mayor del Ejército de EE.UU. convocó un concurso para el diseño y construcción de un vehículo de combate. La oferta fue enviada a 135 fabricantes de automóviles, pero fue desestimada por la mayoría pues el plazo de presentación del prototipo era tan solo de 49 días, apenas el tiempo necesario para leer el pliego, cuyas características incluían entre otras características tracción 4X4, distancia al suelo de 16 cm, peso máximo de 590 kilos, carga útil de 272 kilos, máxima distancia entre ejes de 2.032 mm y velocidad mínima sostenida en TT de 5 Km/hora.
Solo la Bantam Motor Company presentó a tiempo su prototipo diseñado por Karl Probst, pero dadas las carencias del motor se aceptó a estudio el Quad de Willys-Overland presentado solo unos días más tarde. Tras múltiples discusiones se estableció una sinergia entre ambas marcas para llevar a cabo este proyecto, y fue así como en 1941, Willys-Overland, ganador definitivo del concurso, obtuvo el contrato para producir 16.000 unidades del Willys MB, fundamental para movilizar por los terrenos más agrestes a las tropas estadounidenses que se hallaban en el frente de combate de la devastadora guerra mundial.
Y mientras la Armada Imperial Japonesa llevaba a cabo una cruel ofensiva contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, y Alemania e Italia también le declaraban la guerra, ese país avanzaba de la mano de Jeep® en el desarrollo de una estrategia que lo llevaría a obtener la victoria.
Desde su creación Jeep® evolucionó hasta ser símbolo universal de libertad y protagonizar una segunda revolución del automóvil, donde el límite ya no estaba en las carreteras. Pronto el héroe de miles de soldados aliados se convertiría en un estilo de vida capaz de recordar en cada kilómetro recorrido que todo es posible, que los límites solo existen en la mente y que 1.941 pasaría a la historia como el año que tuvo en sus manos dar un nuevo rumbo al destino de la humanidad.