Julio de 1992, aeropuerto de Rionegro, René Higuita golpea a César Augusto Londoño:
“Puedo asegurar que ese puñetazo pudo haberle salvado la vida a César Augusto, porque de alguna manera atenuó la
sed de venganza de algunos círculos de sicarios que rodeaban a Pablo Escobar y habrían sentenciado a muerte al
comentarista por criticar al portero, su ídolo. (…) No tengo cómo probarlo, pero las circunstancias que rodearon lo
sucedido me llevan a pensar, con cierto grado de certeza, que, de no encontrarse por coincidencia en el terminal aéreo
con Higuita, la historia de César Augusto podría haber sido bien distinta y podríamos estar hablando de una tragedia”.

Primero de febrero de 2004, partido homenaje de despedida al Pibe Valderrama:
“En el camino siempre quedan piedras y en una inesperada decisión quedamos nuevamente contra las cuerdas cuando el
Instituto de Recreación y Deporte de Barranquilla anunció de de Javier Hernández Bonnet un momento a otro que no prestaría el estadio porque los organizadores no habían cumplido a tiempo todos los requisitos. Increíble, pero sucedió: enterado, el confeso paramilitar Diego Tovar, Jorge 40, hizo valer su poder y sus amigos políticos en la ciudad consiguieron que se levantara el último obstáculo para la fascinante fiesta”.

Julio de 1994, historia no contada del mundial de fútbol en EE.UU.:
“Se determinó que cuando hubiese llamadas especiales yo iría a tramitarlas. Así sucedió con una llamada desde la Casa de Nariño porque el presidente César Gaviria quería conversar un momento con el capitán del equipo, el Pibe Valderrama. Fui a la habitación del jugador y cuando me dijeron que el mandatario estaba listo toqué a la puerta y él abrió. —¿Qué necesita?
—Es para que recibás una llamada del presidente Gaviria.
—Yo no vine aquí a hablar con ningún presidente.
Y pum, me tiró la puerta en la cara. Me puse muy verraco por la grosería, pero entendí que el Pibe estaba fuera de circulación”.

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