El cloro, como componente químico, ha sido tradicionalmente utilizado para impedir la proliferación de bacterias en las piscinas; según un estimado del 2021, en el mundo había aproximadamente 17 millones de piscinas. Sin embargo, este agente desinfectante puede provocar algunos problemas de salud como lo son las pupilas dilatadas y picor, irritación o sequedad tanto de la piel, como del cabello y las uñas.
Y es que, de por sí, el agua contiene un pH superior al de la epidermis –la capa más superficial de la piel- y, en las piscinas, esta se mezcla con cremas, desodorantes, perfumes, sudor e incluso, orina. Por esta razón, en algunas piscinas se pueden llegar a inyectar altas dosis de cloro que, a su vez, pueden generar reacciones químicas en la piel, especialmente, de aquellos más sensibles. También puede hacer quebradizo el cabello y/o impactar en su color.
Piscinas de sal: una nueva tendencia
Ante ello, se ha ido posicionando una nueva e innovadora tecnología que cambia el cloro convencional y de alta concentración por la sal. Se trata de un proceso que permite separar el cloruro de sodio (NaCl) y aplicar directamente cloro en una piscina convencional, logrando un efecto antiséptico que mantiene a los nadadores libres de bacterias y parásitos. Pero, adicional a ello, tiene otros beneficios como lo son: mantiene el PH estable, no necesita de la adición de otros químicos e, incluso, contribuye a aliviar dolores musculares y articulares, así como a mejorar la respiración.
Rodolfo Colorado Castro, gerente de Infraestructura y Servicios administrativos explica que “Esta nueva tecnología lo que hace es romper la molécula de la sal, para utilizar el cloro y atacar los microorganismos no deseados. Este elemento es muy diferente al producto químico tradicional pues tiene una mejor calidad; es más natural, lo que permite que sea más suave con los ojos, la piel y el cabello; y también es más sostenible porque no genera residuos y así también se es amigable con el medioambiente”.
En línea con lo anterior, Compensar -en su apuesta por incentivar los beneficios de la natación en la salud de las personas- implementó esta tecnología en algunas de sus piscinas, siendo la primera empresa que utiliza este mecanismo en piscinas de uso comercial intensivo. El Gerente de Infraestructura y Servicios administrativos señala, “Hemos querido empezar a utilizar cloruro de sodio en nuestras piscinas a raíz de sus múltiples beneficios. No en vano es una tendencia que cada vez tiene mayor acogida pues, inclusive, es más fácil aprender a nadar en este tipo de agua salada, en especial, para los bebés”.
Estas piscinas de agua salada se encuentran a disposición del público desde diciembre del 2023 en el Centro Urbano de Recreación (CUR) de la sede de Compensar Av. 68 en Bogotá; lugar donde, al año, se registran más de 1,2 millones de usos de parte de 430.000 usuarios que nadan en estas instalaciones. “El tránsito que hemos hecho a las piscinas de sal ha sido retador pues, en ningún momento, hemos parado de prestar el servicio, aun cuando hemos requerido de hacer un cambio completo de equipos”, añadió Rodolfo Colorado de Compensar.
Finalmente, vale la pena mencionar que, además de los beneficios que traerá para la salud de los nadadores, la llegada de estas tecnologías no solo tiene un impacto positivo en términos de reducción de gastos para Compensar, ya que el coste de mantenimiento de estas piscinas es menor; sino también para el medio ambiente, pues el agua descartada es tratada y reutilizada para riegos y sanitarios, reducción de la huella de carbono en 400 toneladas de CO2 al año y además, esta implementación, contribuye al desarrollo social, pues la sal que se utiliza en las piscinas es traída desde Zipaquirá, promoviendo así la economía local.