Las alergias pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Actualmente, al ser las comidas más procesadas y como consecuencia del cambio climático, existen más posibilidades de sufrir de alergias a elementos en nuestros alimentos o en nuestro medio ambiente.

Carolina Bustos, médica adscrita a Colsanitas, comenta que, para mantener una mejor calidad de vida, desde niños se debe mantener el diagnóstico y tratamiento de las respectivas alérgicas, para evitar llevarse sorpresas cuando la persona crece. Estos diagnósticos pueden salvar las vidas de las personas ya que algunas alergias pueden resultar tóxicas y tener implicaciones peligrosas que, sin un tratamiento adecuado puede acabar con la vida del afectado.

“La alergia es una enfermedad crónica que no necesariamente dura toda la vida, pero sí un tiempo considerable. Es tan variable como la cantidad de personas que la padecen, pues puede tener como causa un solo alérgeno o varios, y así mismo, distintos síntomas y duración. Se nace con la susceptibilidad por componentes genéticos que generan predisposición, pero también puede desarrollarse, con menos frecuencia, durante las etapas de lactancia, infancia, adolescencia o edad adulta por factores como la contaminación, la higiene excesiva, la alimentación, el uso inadecuado de antibióticos, el desequilibrio del microbiota, entre otros, que pueden modificar la gravedad de la enfermedad”, comentó Bustos.

La especialista comenta 5 datos claves que deben tener en cuenta los papas en las primeras etapas de la vida de cada infante:

  1. ¿Qué tipo de alergias existe?: las más comunes son las alergias alimentarias, que se suelen presentar cuando se consume algún alimento. Existen las alergias respiratorias que se presentan mediante la rinitis o el asma, la alergia cutánea se presenta más en adultos y se debe por alérgenos como fármacos o cosméticos y puede confundirse como una dermatitis atópica, sin embargo, con el tiempo estas pueden variar.
  1. ¿Cuáles son los principales síntomas que siente un niño?: independientemente de la edad, muchas veces los alérgenos provocan estornudos, moqueo nasal, picor en ojos y nariz, y dolor de garganta. Sin embargo, pueden existir variaciones si las alergias se expresan en uno o más tipos y suele ser cuando la alergia está en el aire.

Cuando la alergia es por alimentos, sus síntomas son un poco más fuertes ya que se puede presentar erupciones cutáneas rojizas, inflamación abdominal, vómito o diarrea; y de no atenderse adecuadamente pueden empezar a notarse cambios en el sistema respiratorio del niño que pueden llegar a sibilancias e incluso asma. En cualquier caso, es indispensable acudir con el médico o pediatra de su hijo ante cualquier cambio.

  1. ¿Cómo se diagnóstica una alergia?: es vital conocer la historia clínica del paciente ya que así se puede tener los diferentes diagnósticos que le puede estar afectando su salud. Posteriormente, se debe hacer las pruebas complementarias para estudiar cada patología por medio de una herramienta que, por medio de pruebas cutáneas y complementando los estudios de sangre, se puede identificar el elemento exacto a lo que es alérgico cada persona.
  1. ¿Cuál es el tratamiento más efectico para curar las alergias?: Depende del diagnóstico del paciente, su respuesta al tratamiento y el tipo de alergia que tenga. Con la rinitis o el asma, existen tratamientos farmacológicos acompañados de inmunoterapias, esto logra controlar la gravedad y duración de la enfermedad alérgica, sin embargo, algunas alergias deben ser trabajadas con un cambio de hábitos alimenticios y de vida, en los que por un tiempo se dejan de lado los alérgenos, y luego se evalúa su exposición a ellos.
  1. ¿La alimentación importa para controlar la alergia?: sí, desde la infancia, cuando se alimenta con leche materna exclusiva, hasta el inicio de la alimentación complementaria se proporciona numerosos nutrientes y barreras para la vida del bebé. No olvide implementar la alimentación complementaria de los cuatro a los seis meses de vida, incluyendo alimentos alergénicos como el huevo; no abuse del uso de antibióticos, menos cuando no hay un acompañamiento médico. No exponga a los bebés y niños al humo del cigarrillo, y humecte la piel diariamente.

Si puede, frecuente a los niños a los ambientes rurales y abiertos, esto generará que los menores tengan más defensas ya que los cuidados excesivos incrementan el riesgo de desarrollar esta clase de afecciones, pues se altera el microbiota al entrar en un desequilibrio que termina expresándose en alergia.