La afasia es un trastorno que puede tener diferentes causas como tumores o enfermedades degenerativas, y suele aparecer, de forma repentina, después de un accidente cardiovascular o una lesión en la cabeza. Esta condición afecta el lenguaje y podría generar problemas en la expresión corporal, el habla, la lectura, la escritura y la compresión del lenguaje.

En otros casos, la afasia podría ocasionar problemas como la disartria, que debilita la boca, la cara y el sistema respiratorio; la apraxia, que debilita los brazos y piernas; y dificultades para deglutir. Sin embargo, la gravedad de este trastorno depende, por un lado, de la causa que lo ocasiona y, por el otro, del daño cerebral ocasionado.

Para diagnosticar y tratar la enfermedad, Sergio Ramírez, jefe de neurología de Clínica Colsanitas, menciona que “el diagnóstico es clínico, es decir, se hacen pruebas sencillas para evaluar fluidez, comprensión, repetición, denominación, escritura y lectura del lenguaje”. De acuerdo con la evaluación, se entra a confirmar si en efecto el paciente tiene la enfermedad y, por último, se determina el tratamiento recomendado según el grado y tipo de afasia. Dependiendo del tipo, en algunos casos se puede intentar revertir la enfermedad.

Es fundamental tener en cuenta que, para la afasia, las terapias del lenguaje y del habla se vuelven indispensables, ya que son el principal tratamiento y permiten que el paciente afectado aprenda nuevas formas para comunicarse.

Es importante distinguir el grado -leve o grave- y el tipo de afasia -expresiva o receptiva-. A continuación, se explican: 

  • En la afasia leve se presentan algunos problemas de comprensión del lenguaje, construcción de oraciones largas y complejas y dificultad para encontrar las palabras para expresar una idea. Sin embargo, en la mayoría de los casos, hay capacidad para mantener una conversación. 
  • Por su parte, la afasia grave, hace que los pacientes no entiendan lo que otros dicen y, por esta razón, la persona podría quedarse callado en la mayoría de los casos o brindar respuestas únicamente con monosílabos.
  • En los casos de afasia expresiva el paciente generalmente entiende lo que otros dicen, pero el problema se presenta al momento de expresarse, pues se suelen usar palabras sueltas, confundir el orden de las oraciones y presentarse dificultar al momento de dar a conocer una idea.
  • Por último, con la afasia receptiva, las personas que sufren el trastorno suelen tener problemas al momento de entender las palabras y las oraciones, pero generalmente pueden expresarse bien. En este sentido, requieren de más tiempo para entender lo que escuchan y tienen mayor dificultar para seguir a un individuo que habla rápido o utiliza lenguaje figurado.

FUENTE: COMUNICACIONES COLSANITAS