Óscar Villalobos es un pintor colombiano que nació en San José del Guaviare, uno de los tantos epicentros de la violencia que ha existido en el territorio colombiano.

Para este joven artista, el conflicto no tuvo como única consecuencia la muerte, para Óscar, la huida forzada a una de las ciudades más importantes de Colombia fue su nueva realidad, llegando a Bogotá siendo tan solo un niño.

“Yo vengo de un desplazamiento en donde tenían unos límites muy marcados, era una zona guerrillera y cuando llegaba el ejército pasaban cosas , cuando llegaban los paramilitares, pasaban otras, incluso, yo estuve muy cerca de la Masacre de Mapiripán y pude ver todo lo que significaba la guerra, pero cuando llegué a la ciudad esos límites también se replicaron, pues existían las fronteras invisibles , la división de los barrios por pandillas y fue así como me di cuenta que en Bogotá la violencia me rodeaba por todos lados, incluso en el colegio donde estudiaba”, explicóÓscar Villalobos, sobre su llegada a la capital.

Esta realidad llevó al artista a retratar todo lo que estaba presenciando día a día. Inicialmente, con trabajos que eran simples ejercicios de la universidad, donde pintaba siguiendo las líneas del impresionismo.

Con estas técnicas comenzó a reflejar la realidad que él vivía, había dejado atrás el horizonte verde para instalarse en una nueva ciudad, representando escenas costumbristas de Bogotá, a través de colores llamativos y contrastados.

“En realidad la marginalidad que se vivía en la capital me daba una vista periférica y me mostraba los límites de la ciudad. Fue así como me di cuenta que el recibo de la guerra llega a todas partes. Comencé a pintar dándole a los contrastes su propio significado”, dijo el artista colombiano.

Actualmente el artista es conocido por sus “paisajes urbanos”, en los que se explica su interés por la movilidad de la ciudad, en especial por Transmilenio, pero es más reconocido aún, por sus representaciones de la vegetación libre.

Sin embargo, es importante entender que no se trata de una selva interpretada simplemente como un lugar de naturaleza exuberante, sino de la selva como escenario de la vida nacional.

Sus pinturas son ante todo un llamado de alerta, no solo contra la utilización de la selva como escenario de desacuerdos ideológicos y problemáticas económicas, sino en pro del cuidado del planeta y de la protección de los entornos selváticos.

Y así se entiende en su reciente metáfora contada mediante la combinación de parajes selváticos con formas exactas, precisas, rectangulares, cuadradas, alusivas a la “civilización” que, con su geometría cementada, cada vez le arrebata más territorio a la naturaleza y más libertad a la fauna y flora nativas.

En conclusión, el trabajo del artista visibiliza el cruce de la pintura como placer estético y como herramienta útil para expresar ideas y conceptos.

Su nueva serie, “Selva en Conflicto”:

Selva en Conflicto, es su última serie que se deriva de “Tierra Móvil” tanto el concepto como en la forma, pero con sus nuevos paradigmas; donde se habla del enfrentamiento que se está dando entre la naturaleza y la humanidad, o mejor, el mal manejo que se le está dando a los recursos naturales y principalmente, a las selvas vírgenes.

Este planteamiento lo realizó Villalobos por medio del contraste entre color y forma, usando Tetris, uno de los primeros juegos digitales que llegaron con la revolución tecnológica, en esta oportunidad, para confrontarlo con paisajes naturales y tapando con los cuadros, demostrando como deforestan en zonas normalmente de cuatro lados, para facilitar el cercado con alambres de púas, ya sea para hacer potreros de ganado, o para el sembradío de cultivos ilícitos.

Los colores que uso el artista para representar las cuadrículas, son colores artificiales principalmente derivados del petróleo y componentes plásticos, jugando nuevamente con el conflicto entre lo artificial y lo natural que plantea la serie.

Será expuesta en Arte Alto desde el 9 de septiembre hasta el 15 de octubre; galería de arte moderno y contemporáneo cuyos objetivos van desde la comercialización de obras de arte de artistas colombianos y latinoamericanos, hasta la promoción cultural en Medellín y el resto de Colombia. Ubicada en Medellín en la Cra 42 # 3 sur – 81 Ed. Milla de Oro, Local 306.