En un mundo donde los avances tecnológicos y la conectividad digital dominan cada aspecto de la vida, una tendencia global se ha posicionado como un respiro ante la velocidad de la modernidad: el regreso hacia lo retro, lo personalizado y lo tradicional. Según el informe Consumer Trends 2025 de Zorraquino, la nostalgia, la reinterpretación y lo clásico han emergido como una estrategia clave para conectar con los consumidores, fusionando el valor emocional del pasado con la funcionalidad y la visión del presente.

Para la industria relojera, esta tendencia ha planteado una dicotomía entre la innovación tecnológica y la preservación de la esencia clásica de un reloj, convirtiéndo en un debate apasionado sobre la esencia de los productos. Si bien la incorporación de nuevas funciones ha llevado a la creación de smartwatches con capacidades avanzadas, muchos consumidores siguen valorando la autenticidad, la artesanía y la atemporalidad de los relojes tradicionales.

La evolución de la industria relojera nos recuerda la paradoja del Barco de Teseo: si reemplazamos cada componente de un reloj tradicional con nuevas tecnologías, herramientas y funciones de los smartphones, ¿sigue siendo el mismo reloj? En G-SHOCK, creemos que la innovación no debe significar la pérdida de identidad, por lo que nuestros diseños combinan resistencia absoluta, precisión y un legado inquebrantable, asegurando que, aunque evolucionemos con el tiempo, la esencia de lo que hace a un reloj auténtico permanezca intacta”, destacó Thiago Nadotti, Assistant Marketing Manager de CASIO Latinoamérica.

¿Por qué deberíamos interesarnos por un reloj tradicional?

  • Valor estético que trasciende las épocas: los relojes tradicionales no solo son instrumentos de medición del tiempo, sino también expresiones artísticas, sociales y culturales. Cada pieza está cuidadosamente diseñada para equilibrar funcionalidad y estilo, convirtiéndose en un accesorio distintivo que complementa cualquier ocasión. Relojes como el reciente DWE-5600JB en colaboración con J Balvin o los modelos DW-5600 caracterizados por sus marcos y correas en resina, hacen parte de la línea Origen, la cual rinde homenaje a la icónica caja cuadrada del primer G-SHOCK de 1983.
  • Durabilidad y longevidad para cada aventura: a diferencia de los dispositivos tecnológicos, cuya vida útil puede ser limitada por la obsolescencia programada o la delicadeza de sus materiales, los relojes tradicionales están diseñados para perdurar y adaptarse al estilo de vida de cada persona. Con su característica resistencia absoluta, los modelos más robustos GD-010 y GA-010 de G-SHOCK están diseñados para acompañarte por años, pues su batería de larga duración ofrece hasta 10 años de autonomía y su estructura en resina biológica garantiza una resistencia a impactos.
  • Valor de coleccionista: con el tiempo, ciertos relojes han sido parte de eventos específicos o colecciones limitadas, lo que no solo los convierte en verdaderos íconos, sino también en piezas históricas de colección. G-SHOCK ha logrado consolidar piezas emblemáticas como el GMC-B2100ZE, un modelo conmemorativo por los 50 años desde el lanzamiento del primer reloj CASIO, el cual encarna el espíritu de lo artesanal, factor muy apetecido entre coleccionistas y entusiastas de la relojería.
  • Elegancia y glamour para todas las ocasiones: cada reloj cuenta con una historia propia, que puede ser transmitida a través de su diseño, materiales o filosofía. Modelos como el GM-2100 encapsulan este espíritu, pues su diseño forjado en acero inoxidable con un acabado pulido y redondeado, el marco resistente transmite un estilo superior en todo momento. Su diseño versátil y moderno lo convierte en una pieza ideal para cualquier ocasión.

Por estas razones, los relojes tradicionales han trascendido cada época, convirtiéndose en un reflejo de la personalidad y la autoexpresión, más que en un simple gadget o accesorio tecnológico. Un reloj es el sonido rítmico del tiempo en la muñeca, el recuerdo de un logro, el testigo silencioso de historias que continúan escribiéndose y el medidor de las metas que enfrentamos cada día. En cada detalle y diseño, se esconde una conexión con el pasado y una promesa hacia el futuro, pues, después de todo, medir el tiempo no es solo una cuestión de segundos, sino de momentos que perduran y nos definen”, añadió Nadotti.