Nelsy Ramírez fue perdiendo la audición desde el embarazo y gracias a latecnología pudo volver a escuchar y asumir a cabalidad su rol de madre.
Mientras estaba embarazada de su único hijo, Nelsy Ramírez, una mujer de 24 años de edad, oriunda de Pereira, se dio cuenta de que cada vez escuchaba menos y que los sonidos de antaño se iban desdibujando progresivamente.
“Empecé a escuchar pitidos en los oídos. En principio, pensábamos que era preclampsia pero el médico me decía que no tenía la presión alta y que me fuera para la casa, que estaba normal”, relata, tras destacar que ya sus familiares y su esposo tenían que repetirle hasta tres veces las cosas porque no escuchaba.
Nelsy hace parte de las más de 500.000 personas con pérdida auditiva en
Colombia. A pesar de su limitación física, su anhelo de siempre, el ser mamá, es el que le da fuerza para salir adelante.
Nelsy poco a poco fue perdiendo la audición e incluso, se empezaron a borrar los sonidos de las motos que siempre escandalizaban la cuadra del barrio en donde vive. Cuando nació su hijo Aaron, hace cuatro años, escuchaba cada vez menos y el día menos pensado, perdió totalmente la audición por ambos oídos. Su único consuelo fue que, a pesar de sus temores, su hijo nació sin ningún problema en sus oídos.
A pesar de que la población de personas con pérdida auditiva se ha disparado por el mal uso de dispositivos electrónicos que se hizo evidente en la pandemia, hay otro grupo de personas a quienes la pérdida auditiva les llegó por azar y a temprana edad, como es el caso de Nelsy.
Ella poco a poco fue perdiendo la audición e incluso, se empezaron a borrar los sonidos de las motos que siempre escandalizaban la cuadra del barrio en donde vive.
“Antes de la pandemia me empecé a dar cuenta de que no podía oír música ni televisión. Me estresé, entré en depresión y más sabiendo que siempre quise ser mamá y que no podía escuchar a mi bebé”, relata Nelsy tras destacar que en esa época se desempeñaba como secretaria de una ferretería y que ya empezaba a recibir llamadas que no escuchaba y sus jefes no tardaron en darse cuenta de lo que pasaba.
Llegó la pandemia, se retiró del almacén antes de que la despidieran y después de algunos trámites médicos, conoció al otólogo Julián Ramírez, quien le dijo que podía tener la oportunidad de volver a trabajar y tener una vida normal gracias a un implante coclear, que le haría más fácil la vida: poder comunicarse mejor con su bebé y su esposo e incluso, facilitar la búsqueda de un empleo a pesar de su discapacidad.
En plena pandemia y después de un diagnóstico de pérdida bilateral, Nelsy logró ser exitosamente operada por el doctor Ramírez. Luego vino un proceso de rehabilitación y en la actualidad, Nelsy se siente feliz de poder escuchar la voz de su hijo: esa voz que se le iba olvidando en la medida en que el sonido iba desapareciendo como consecuencia de la hipoacusia.
Gracias a la tecnología que tiene un implante coclear, como es el caso del dispositivo que le pusieron en uno de sus oidos, Nelsy hoy está en proceso de crear una microempresa de arte en foamy y objetos en porcelana. Volver a oír para ella fue casi como volver a nacer.
¿Por qué surge la pérdida auditiva?
La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, ciertas enfermedades infecciosas, otitis crónicas, uso de
medicamentos ototóxicos y envejecimiento. Sin embargo, el uso de
dispositivos a fuertes decibeles puede ser una razón de peso, comenta Andrea Bravo, directora clínica de MED-EL, compañía austriaca que fabrica dispositivos como implantes cocleares.
Según la especialista es importante atender las señales, que nunca mienten. “Por ejemplo, si la persona oye zumbidos, ruidos o silbidos en sus oídos, además de que le es difícil seguir conversaciones. También es una señal inequívoca la necesidad de subir exageradamente el volumen de aparatos o esfuerzo excesivo en ambientes ruidosos”, comenta.
La OMS calcula que 1.100 millones de personas entre los 12 y 35 años están en riesgo de perder la audición por el ruido de los dispositivos de reproducción de música y de otro tipo de actividades de ocio.