El duelo y el dolor son experiencias humanas que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, que forman parte fundamental de nuestra existencia y de la cual ningún ser humano puede librarse.
Cuando nos enfrentamos a pérdidas como la de nuestras mascotas, que nos generan un profundo dolor, que puede llegar a ser tan intenso como la de cuando perdemos un familiar, en algunos casos no recibimos el reconocimiento y la validación de nuestros sentimientos, lo cual es importante en el proceso de recuperación emocional y esto se explica porque aún este tipo de pérdida es desestimado e incluso seriamente cuestionado por personas que no comprenden la importancia de brindar trato digno y respetuoso a los animales, de reconocer su valor como integrantes de nuestras familias.
La elaboración de la pérdida es una experiencia individual y su duración la definen diferentes factores, entre ellos los recursos de afrontamiento con los que cuenta la persona, la relación con el ser que se ha ido y la apertura a experimentar la tristeza, la angustia y las lágrimas que favorecen su aceptación. Cuando nuestra mascota fallece se genera una afectación emocional considerable, de ahí la importancia de contar con herramientas necesarias para que podamos asumir el duelo y garantizar que mantengamos un equilibrio en todos los aspectos de nuestra vida, tanto personal, laboral, familiar, etc.
Fary Chaparro González, psicóloga de Positiva Compañía de Seguros, recomienda seguir algunas pautas en este proceso: Expresar los sentimientos y emociones, permitir esos espacios que nos inundan de recuerdos gratificantes, aceptar que con la perdida de ese amado animalito dejamos ir parte de nuestra historia, la historia de un amor incondicional; reconocer que podemos llegar a desarrollar sentimientos de culpa y que esa culpa puede explicarse por el hecho de que la tenencia de una mascota trae consigo una inmensa responsabilidad, donde se establece una relación de dependencia entre mascota y cuidador, considerándose al cuidador como el principal responsable de la vida y bienestar de su amado compañero.
La afectación emocional por la pérdida de nuestras mascotas es una realidad que puede perjudicar notablemente la salud mental de los trabajadores, en este sentido se deben generar acciones encaminadas a fortalecerlos, puntualizó la profesional.