A&E estrena el miércoles 13 de agosto a las 11 de la noche “DESAPARECIDA: EL CASO DE JONELLE MATTHEWS” (The Girl on the Milk Carton), un impactante documental de dos partes que reconstruye uno de los casos más desconcertantes de Estados Unidos: la desaparición de una niña de 12 años cuyo cuerpo fue hallado 34 años después.

Cinco días antes de Navidad de 1984, Jonelle Matthews desapareció de su casa en el pequeño pueblo de Greeley, Colorado. Su rostro impreso en los cartones de leche recorrió el país, mientras la policía local, el FBI e incluso el presidente Ronald Reagan se involucraron en la búsqueda. Pero la verdad siempre estuvo más cerca de lo que imaginaban. Recién en 2019, sus restos fueron hallados a solo 32 kilómetros de su hogar, transformando un caso que durante décadas pareció irresoluble en una investigación por asesinato.

Producido por Oxygen, este especial de crimen real que podrá verse por A&E en dos miércoles consecutivos, viaja a los años 80 para contar la historia de una de las primeras niñas en formar parte de una campaña nacional que impulsó la impresión de rostros de menores desaparecidos en envases de leche. Con acceso exclusivo, impactantes reconstrucciones y entrevistas con los protagonistas clave, el documental revela cómo se resolvió finalmente este misterio que conmocionó a una nación y permaneció sin respuestas por más de tres décadas.

Además del testimonio de la familia de Jonelle —incluidos sus padres Jim y Gloria y su hermana Jennifer— y de los detectives que siguieron el caso, el documental da voz a una figura clave en esta historia: Angela Hicks, ex esposa de Steven Dana Pankey, el hombre condenado por el crimen. Hicks, testigo clave en el caso en su contra, rompe el silencio en este especial para contar cómo fue convivir con un asesino y revela la evidencia crucial que llevó a su enjuiciamiento.

En 2020, más de 35 años después de la desaparición, Steven Pankey fue arrestado y acusado formalmente del crimen. “DESAPARECIDA: EL CASO DE JONELLE MATTHEWS” reconstruye cómo se llegó a ese momento, explorando el impacto de una tragedia que dejó heridas abiertas durante décadas, y que gracias a la tenacidad de familiares, investigadores y testigos, finalmente encontró algo de verdad.

Jonelle Matthews y su desaparición

Jonelle Matthews tenía 12 años cuando desapareció. Era hija adoptiva de Jim y Gloria Matthews y hermana menor de Jennifer, la hija biológica del matrimonio. Su madre la describía como una niña fuerte, decidida y con una gran personalidad: “Desde muy chiquita, sabía lo que quería… y lo dejaba bien claro”, recordó en una entrevista de 2019.

La familia Matthews era conocida por su vida religiosa y unida. Al momento de la desaparición, Jim trabajaba como director de una escuela primaria a unos 15 kilómetros de Greeley. Jonelle, como muchas chicas de los 80, disfrutaba de andar en bicicleta, hacer pijamadas y escuchar bandas de chicos como Menudo. “Era muy graciosa, muy ruidosa. Tenía una personalidad teatral y siempre se hacía notar”, la recordó su amiga de la infancia, Deanna Ross, quien también brinda su testimonio en este documental.

La noche de su desaparición, el 20 de diciembre de 1984, Jonelle había participado junto a Deanna en un concierto navideño escolar que fue transmitido por un canal local. El padre de Deanna, Russ, llevó a Jonelle de regreso a casa cerca de las ocho de la noche. Media hora después, Jonelle atendió un llamado y tomó un mensaje para su papá. Ese fue el último contacto. Su desaparición se produjo entre las 20:30 y las 21:30 horas, cuando Jim regresó a una casa vacía. En principio, el padre no se alarmó. Pero cuando Jennifer volvió del partido y tampoco sabía dónde estaba su hermana, Jim se dio cuenta de que algo no estaba bien. Según reportaron los medios del momento, encontró la televisión y la estufa encendidas, las medias de Jonelle en el sillón y sus zapatos en el living.

La policía local acudió rápidamente, pero había pocas pistas. Sólo unas huellas extrañas en la nieve cerca de una ventana. Más adelante se reveló en el juicio que alguien había intentado borrar esas huellas con un rastrillo, un dato que no se difundió en ese momento.

La aparición del cuerpo, 35 años después

La desaparición de Jonelle ocurrió en un momento clave para la lucha contra la desaparición infantil en Estados Unidos. En 1984, aún no existía el sistema de alertas Amber. Ese año, se fundó el National Center for Missing and Exploited Children y en diciembre el National Child Safety Council lanzó oficialmente el Programa Nacional de Niños Desaparecidos en Cartones de Leche.

El caso de Jonelle cobró notoriedad nacional. Ante la falta de avances, el FBI se sumó a la investigación, y el movimiento ciudadano que exigía respuestas llegó hasta la Casa Blanca. En 1985, el presidente Ronald Reagan mencionó a Jonelle por su nombre en un discurso, impulsando la campaña nacional de rostros impresos en envases de leche. Aun así, durante más de 30 años, el caso permaneció sin resolver.

El 23 de julio de 2019, un equipo que trabajaba en la instalación de un oleoducto encontró restos humanos en un campo al sureste de Greeley, a unos 30 kilómetros de la casa de Jonelle. Un cráneo con dentadura de ortodoncia y prendas escolares que coincidían con la pollera escocesa, blusa y chaleco que la niña llevaba puestos la noche de su desaparición.

Dos días más tarde, se confirmó que los restos hallados eran de Jonelle. Las pruebas forenses revelaron que había sido asesinada de un disparo en la cabeza. Recién entonces, una verdad largamente temida por su familia se hizo oficial.

Reactivación del caso y el valiente testimonio de Angela Hicks

Dos décadas antes de que se encontraran los restos de Jonelle, Angela Hicks vivía con una oscura sospecha. Su entonces esposo, Steven Dana Pankey, un ex vecino de los Matthews y candidato a gobernador de Idaho en dos oportunidades, había mostrado comportamientos que la llevaban a creer que estaba involucrado en la desaparición de Jonelle. A pesar de los intentos de Angela por demostrar sus sospechas, su historia no fue escuchada durante años.

“Tenía mucho miedo entonces, porque mi intuición o mis sentimientos sobre eso eran correctos. Empecé a buscar pistas. Se volvió como una misión para mí”, cuenta Angela en el documental. “Esto es algo que encontré sobre el escritorio de Steve después de que empecé a estar atenta a las cosas. Dice: ‘privilegio pastoral Jonelle. Jonelle muerta antes de cruzar la calle 10 en Greeley’. Lo siguiente que encontré fue un archivo amarillo de abogado, roto en pedazos. En uno de los papeles pude ver que decía Jonelle Matthews. Armé ese papel y en el documento decía: ‘La nieve afuera de la casa de los Matthews estaba rastrillada’”, relata Hicks.

“Llevé todas las copias a la policía local. Primero hablé con Cam Daggett, que era el jefe de policía de Sun Valley. Le conté todo lo que había pasado en el ’84 y ’85, los comentarios que había hecho Steve. Y me dijeron: ‘Tenés que encontrar la manera de salir de esta’. Acepté enviar toda esa documentación a la policía de Greeley, que estaba a cargo del caso en Greeley, Colorado, para que pudieran avanzar”, (…) Por mucho tiempo esperé que la policía se contactara conmigo, pero eso nunca pasó”, recuerda Angela, quien a su vez confiesa: “Hasta donde yo sabía, él (Pankey) no sabía que yo había hablado con la policía. Pero si algo se escapaba y se enteraba, sabía que me mataría”.

Después de años sin avances, la historia que Angela Hicks había intentado contar durante décadas cobró finalmente peso cuando el detective Robert Cash, excompañero de escuela de la hermana de Jonelle, fue asignado al caso en 2013 y reabrió la investigación en 2018. A partir de allí, el compromiso de Cash para descubrir la verdad y el valiente testimonio de Angela se convirtieron en piezas clave para revelar detalles ocultos y acercar a la justicia a los responsables.

“Angela Hicks tenía mucha información para aportar. Tuve varias conversaciones con ella durante los meses siguientes. Traía copias de las cosas que había encontrado en la casa: notas, documentos legales, escritos importantes. Angela hablaba sobre las declaraciones de Steve que la dejaron helada (…) También contó cómo sufrió abusos por parte de Steve Pankey, tanto físicos como emocionales. Pero el desarrollo más impactante, diría yo, fue que Angela tenía anotaciones que resumían una conversación que tuvo con Steve sobre las impresiones de zapatos que habían sido rastrilladas en la nieve alrededor de la casa de los Matthews. Mi presión arterial se elevó”, cuenta Cash en el documental.

Durante muchos años, sentí que era como una persona encerrada en una habitación con dos puertas. Una tenía un cartel que decía ‘no entrar’ y la otra decía ‘no salir’. Abrir cualquiera de las dos era demasiado peligroso, habría puesto en riesgo a otras personas. No podía hacer eso. No iba a hacerlo. Pasaron todos esos años y yo seguía ahí adentro, sin moverme. Perdí el sentido de quién era. Tenía que abrir una de esas puertas, porque había una niña de doce años que contaba conmigo. Tenía que intentarlo”, declara Hicks en el especial.