El 4 de octubre de 1648, cuando fray Matías Abad llegó al territorio donde luego se fundó Quibdó (Chocó) se realizó una misa en el Río Atrato en honor a Francisco de Asís, lo que le dio inicio a la celebración, en el sentido religioso, a las Fiestas de San Pacho…
El Festival Piracurú de Oro que se realiza en Leticia (Amazonas) lleva su nombre en honor al emblemático pez de gran tamaño del Río Amazonas, que se encuentra en vía de extinción…
Cansados de la rivalidad de las comunidades de San Lorenzo y Quiebralomo, dos sacerdotes conminaron a los habitantes a unirse como un solo pueblo en una misma calle, con la advertencia de que Satanás vendría a castigar a quien se negara. Con los años este encuentro se convirtió en el Carnaval del diablo de Riosucio (Caldas), que desde 1915 adoptó la esfinge de diablo como figura de estas fiestas.
Como estos, son muchos los datos históricos y anecdóticos de las múltiples ferias y fiestas que cada año se realizan en Colombia, a lo que se suman interrogantes como ¿cuáles son sus raíces? ¿por qué y cómo evidencian la cultura de los lugares donde se realizan? ¿cuáles son las tradiciones más marcadas? o ¿qué música las acompaña?
Estas y otras preguntas se resuelven a lo largo de los 11 capítulos de la tercera entrega de su podcast Las historias de Diana Uribe, inspirada en tradicionales festividades colombianas y que se emiten en Radio Nacional de Colombia cada domingo a las 10 de la mañana y que posteriormente son alojadas en la plataforma RTVCPlay.
La historiadora le apuesta a entregar, en el tono que solo ella sabe imprimirles a las narraciones, el resultado de una investigación que muestra la visión, la cultura y las profundas raíces de las regiones colombianas, desde el Caribe hasta la Amazonía, en un recorrido sonoro por las fiestas más tradicionales:
Las fiestas de San Pacho, en Chocó; el Carnaval del diablo, en Caldas; el Carnaval de Negros y Blancos, en Pasto; la Feria de Cali; Cuadrillas de San Martín, en Meta; San Juan y San Pedro en Neiva; el Aguinaldo Boyacense, en Tunja; el Moon Green Festival, en San Andrés; el Carnaval de Barranquilla; el Festival Vallenato en Valledupar y el Festival Pirarucú de Oro, en Leticia.
Acerca de esta temporada de Las historias de Diana Uribe, basada en las voces de quienes vibran y disfrutan cada año con las ferias y fiestas en sus territorios, habló su protagonista:
¿Qué podrán escuchar los colombianos en esta nueva entrega de Las Historias de Diana Uribe?
Esta entrega no es una historia de la fiesta, es una historia de la región, una historia del mito, una historia del rito, una historia de la celebración. Empezamos desde los carnavales y sus mitos fundacionales, pero también vamos a hacer un viaje por las regiones. ¡Son historias muy bonitas!
¿Por qué existen tantos carnavales en Colombia?
Los carnavales son un fenómeno mundial. Nosotros somos uno de los pueblos que tienen realmente un vínculo muy grande con el carnaval. Por ejemplo, en Quibdó (Chocó) la alegría es una resistencia, es su manera de resistir a sus historias más complicadas y duras.
¿Por qué es tan importante conocer la historia de las ferias y fiestas del país?
Porque conoces a tu país y porque entiendes la manera de pensar y ver la vida en las regiones. Una de las cosas más importante para mí es que nos entendamos en una diversidad y una pluralidad narrativa que es real. Esto también es importante para la paz, porque a medida que entendamos nuestra diversidad, podemos establecer diálogos entre nosotros mismos.
¿Cuánto tiempo se demora haciendo la investigación de un capítulo y en qué consiste?
Depende del capítulo, porque la investigación es un ensamblaje de voces, de libros, de textos, de mitos, pero en general son dos semanas de trabajo. Hay que resaltar que cada historia es diferente, llamamos a la gente de la región y hablamos con las personas que hacen las fiestas; el historiador con el que trabajo, trae algunas investigaciones y yo, aporto todo mi bagaje de lo que significa un carnaval y sus acontecimientos históricos.
¿Qué es lo más satisfactorio de tener un proyecto así en sus manos?
Esta temporada tiene un significado especial, por el momento tan duro de la pandemia, ya que aparte de la paranoia, del aislamiento emocional, del miedo, está también la prohibición de la alegría. Estas ferias y fiestas nos salvan, porque nos dan la esperanza de renacer. Este proyecto es una fuerza de esperanza. ¡El carnaval libera el espíritu!
¿Qué pretende dejar en el oyente a través de estas historias?
Para mí es un principio de vida contar una historia de Colombia que empodere, porque considero que la narrativa tan fatalista que tenemos es una barrera física que nos impide tener grandes logros como sociedad. Yo busco siempre la construcción de la paz y la construcción de un relato distinto y estas fiestas son una de las cosas más impresionantes.
Entonces ¿a qué nos está invitando con esta nueva temporada?
A celebrar la vida, a enrumbarnos con cada una de estas festividades que muestran el orgullo, aquello en lo que creemos. En las fiestas está la sátira y la alegría y es de resaltar que a pesar del conflicto armado siempre ha habido carnavales. Eso es resiliencia y se convierte en una forma de ver la vida de otra manera.
FUENTE: Comunicaciones RTVC