La exposición estará abierta al público en la galería Baobab, ubicada en la emblemática calle de los anticuarios de Bogotá. (Calle 79b No 7-88)
La muestra, que estará conformada por 20 cuadros de gran formato, tendrá como temática recurrente del impresionismo al realismo .
Nemichi es un santuario sintoísta en las afueras de Seki (Japón). De extraordinaria belleza, es un remanso de paz y tranquilidad y morada de gran cantidad y variedad de multicolores peces koi ( un tipo de carpa japonesa).
La más notoria característica de este estanque es su diseño natural, de tintes y colores impresionistas, muy parecidos a los que dieron vida a las grandes obras de Monet en su casa de Giverny.
El artista afirma: “Una cosa lleva a la otra. .Hace ya algunos años, cuando descubrí, para mi fortuna personal esta maravilla natural ubicada al otro lado del mundo, fue inmediatamente fuente de inspiración y de pretexto, para crear una larga serie de pinturas y trabajos que han conducido, con elementos propios y con la coincidencia de la misma búsqueda incesante, permanente de otros muchos artistas como lo fueron los impresionistas, a un lenguaje que expresara y tradujera la armonía estructural y espiritual de esta hermosa fuente de inspiración”
“Las formas acuosas, el serpenteo lento y cadencioso de las imágenes reales, su delicada fragilidad, son irresistibles sugerencias para llevar algo de toda esta belleza, de otra manera y por otras vías al lienzo. Pero siempre con la sensación, la intuición y la certeza de que esa hermosa delicadeza contiene el infinito insondable, inexplicable, de la verdadera belleza”
Paralelamente, y en concomitancia, surgieron otra serie de pinturas, aparentemente muy diferentes y engañosamente opuestas, pero con la misma raíz y nervio nutricio. Una eterna imagen femenina como referencia formal, de colores fuertes, en fondos serenos, que aluden, casi que arquetípicamente, a la misma esencia, con la misma intensidad y mantenida exploración estética de los abigarrados Nemichis.
Es decir; una oscilación temática, un ir y venir, un continuo toque de puerta entre dos caminos alimentados por las mismas pulsiones, las mismas inquietudes creativas.
Vasos comunicantes conectan las dos series sin que parezca evidente a primera vista, aunque haya rasgos formales y técnicos que delaten este vínculo: la densidad y la policromía, las estridencias lumínicas, con su entremezclada de elementos y de figuras aladas, criaturas acuáticas, sugerencias de vegetación exuberante, un colorido apoyado en el empaste y en las texturas que deja la técnica de la espátula, solapadas formas orgánicas que asoman por toda la obra. La profusión
Las epifanías que pueden interpretarse en cada una de los rostros de las «Formas Del Silencio», en sus expresiones faciales y en los efectos de la luz pueden ser también observados en la espesa superficie matérica de los Nemichi.
El pretexto de las temáticas en ambas series puede hacer creer al espectador que se trata de intenciones de dispersión en la atención del artista. Nada más lejano de la realidad. Pues como decía Edward Morgan Forster: solo hay que conectar los puntos.
” Mi trabajo es un viaje personal. Uno va llevando lo que recuerda del lugar en el que estuvo: estilos, influencias, gustos, sabores y lo va dejando, poco a poco, en las obras que van saliendo” concluye el artista.
“Para la galería Baobab es muy importante el trabajo de Helbert Ortiz, tanto en la pintura como en la escultura, por su belleza, por ser una obra estructurada. Igualmente, por el perfeccionismo en su trabajo y la calidad del mismo. Al ser obras realizadas con espátula y al óleo, con unas capas densas que logran un acabado matérico e impecable que transporta al que lo aprecia a otra época” afirma Álvaro José Díaz. director de la galería.
Para obtener más información sobre la exposición, los horarios de apertura y las actividades relacionadas, visite el sitio web de la Galería Baobab en http://www.galeriabaobab.com