Cuando Max (John Cho), un padre soltero, descubre que padece una enfermedad terminal, decide disfrutar de todos los años de amor y apoyo que se perderá con su hija adolescente Wally (Mia Isaac) en el tiempo que le queda con ella. Con la promesa de las tan esperadas clases de manejo, Max convence a Wally para que le acompañe a un viaje por carretera desde California hasta Nueva Orleans para asistir a su vigésima reunión universitaria, en la que secretamente espera reunirse con su madre, que las abandonó hace tiempo. Un viaje totalmente original y emotivo, Don’t Make Me Go explora el vínculo inquebrantable y eterno entre un padre y una hija de ambos lados de la brecha generacional con corazón y humor a lo largo del viaje.